La cifra de 11 asesinatos de mujeres en lo que va apenas de este año 2015, es un golpe duro para las instituciones abocadas a la defensa de los derechos de la mujer, y también al gobierno y organizaciones sociales, generando por supuesto inquietudes, interrogantes y preocupación sobre cuál es el camino a seguir.

Lejos de que estas estadísticas bajen, estamos en un período en que tienden a subir a medida que pasan los días y los meses, y este hecho llevó a que agencias de las Naciones Unidas en Uruguay (ONU), expresaran mediante un comunicado lo siguiente: «A pesar de los significativos avances en la implementación de políticas públicas contra la violencia de género, cada nuevo homicidio pone en evidencia lo que aún resta por hacer para erradicar la violencia hacia las mujeres en Uruguay y alcanzar el necesario cambio cultural que asegure una verdadera igualdad de género«.

Violencia Familiar

Teniendo en cuenta estos hechos, fuimos a conversar con Lourdes Rapalin, quién dentro de sus muchas responsabilidades, pocos saben que desde hace mucho trabaja en defensa del ser humano, de la vida, el respeto y la dignidad del individuo, en su valoración y empoderación, en conjunto con la Psicóloga Silvana Giachero -quien es su asesora-, ayudando a víctimas de acoso, tanto a nivel de bullying, mobbing y violencia doméstica.

Ante nuestra consulta de cómo se llega a tal tipo de violencia dentro del seno de una familia, Lourdes Rapalin nos indicó algunos conceptos que compartimos con ustedes:

 

El Primer Paso:

LourdesRapalinchicoLa violencia psicológica es una tortura invisible ya que está naturalizada, se banaliza y se justifica de diversas maneras.

Sobre éste tipo de violencia imperan muchas “auto-justificaciones”, puesto que es un tipo de violencia que a todos alguna vez nos ha pasado, a tal punto que algunos afirman: “es parte de la vida”, “te hace fuerte”, “por algo será”, “no es para tanto mientras no te pegue”, “algo habrás hecho”, etc. Pero lamentablemente estas justificaciones falsas que no son más que mitos que sostienen y retroalimentan esta dinámica perversa, no hacen otra cosa que esconder la verdadera cara de la violencia, el lado oscuro de la sociedad.

Al instaurarse en una pareja o familia este tipo de violencia psicológica, que parecería al principio como “normal”, con el paso del tiempo va degradando lentamente la autoestima de la víctima, incluyendo su dignidad y por si fuera poco la hace sentir culpable de una violencia que muchas veces cree que ella mismo la generó. En su interior, la víctima queda atrapada en un espiral que le provoca parálisis y que cuando pide ayuda o no se la dan, o miran para el costado, o se suman a la violencia culpándola.

Este hecho repetido en forma sistemática provoca un “psicoterror” muy difícil de lidiar, generando en la víctima indefensión* aprendida, quedando atrapada en un infierno, provocado muchas veces por la soledad, y en donde el suicidio pasa a ser su “única salida”, o en el otro extremo el asesinato de su acosador. Y si en alguno de los casos la víctima llega a identificar su situación y exponer a su acosador, seguramente despierte toda la ira del mismo, y si no consigue ayuda a tiempo, termina en lo que nadie es ajeno hoy en día, con la muerte de la víctima por parte de su hostigador.

Violencia Familiar

Tipos de Acoso:

Cuando el acoso se da en los colegios o liceos se le llama Bullying cuando se da en el marco de las organizaciones laborales se llama Mobbing y cuando se da en las familias se llama violencia doméstica.

En los dos primeros casos, sólo en un mínimo porcentaje se alcanza a llegar a la manifestación de esta con lo físico, o sea el pasaje al golpe corporal es muy chico, pero es ahí donde todos miramos atónitos porque no vimos el verdadero infierno previo que es el de la violencia psicológica. Y ahí sí nos horrorizamos, pero ya es tarde. En lo familiar este límite del pasaje a lo físico es más rápido porque se da en el ocultamiento de las cuatro paredes de la casa sin testigos, por lo tanto cuando una mujer o un niño o un hombre es golpeado por otro integrante de la familia es porque antes hubo tortura psicológica.

 

El gravísimo error: 

Pero parece que hasta que no vemos sangre no reconocemos la existencia de la misma y este es el gravísimo error en el que caemos a la hora de querer generar políticas de violencia doméstica porque estamos desconociendo su origen, es peor aún lo justificamos o banalizamos. Por otro lado tenemos que darnos cuenta que en todos estos ámbitos institucionales que son nada más ni nada menos la base de la construcción social, quienes padecen más de esta violencia, son las mujeres .

 

Las Herramientas:

Es hora de empezar a dar herramientas, a enseñar a identificar, ya que cuando la persona pasa a convertirse en una víctima, la mayoría de las veces es tarde, está anulada como persona, su autoestima está enterrada  y aunque cueste entenderlo, y nos preguntemos más de una vez, cómo pudo una persona llegar a eso, la respuesta es sencilla “no sabía que estaba siendo víctima de una manipulación, de un hostigador”, muchas veces nunca llega a darse cuenta, ya que el control psicológico que éstas personas logran sobre sus víctimas es total, y logran anular hasta su capacidad para tomar decisiones, o sentirse dignas de ser valoradas y respetadas.

Para finalizar Lourdes Rapalin nos dijo que: “Estoy firmemente interesada, en que se tomen las medidas, pero de nada nos sirve esperar a que la víctima muera, estoy convencida en que debemos empezar desde el vamos, en la prevención, y si realmente queremos hacer prevención no podemos desconocer la raíz de la misma”.

Hizo énfasis además en que “debemos proporcionar herramientas y educar a las personas para detectar la violencia psicológica y actuar en esta fase, lo antes posible con políticas de soporte científico y no por eso llegar a lo legal, porque todos sabemos que hecha la ley hecha la trampa, y los abusadores psicológicos son expertos en burlar la ley”.

Tanto Lourdes Rapalin como Silvana Giachero concurrirán al tercer congreso de bullying, mobbing y violencia doméstica, que se realizará en Costa Rica en el mes de mayo del presente año.

* La indefensión aprendida es un tecnicismo que se refiere a la condición de un ser humano o animal que ha «aprendido» a comportarse pasivamente, con la sensación subjetiva de no poder hacer nada y que no responde a pesar de que existen oportunidades reales de cambiar la situación aversiva, evitando las circunstancias desagradables o mediante la obtención de recompensas positivas.