El chavismo no conoce ni fronteras ni recatos. Su diplomacia trasladó a la capital del «Imperio» el mismo apagón informativo con el que censura y manipula en Venezuela. Tras una jugada política preparada en las horas previas con sus aliados ideológicos y sus protegidos económicos, en la cual participó Uruguay, consiguió sacar a la televisión y a los periodistas de la sesión del consejo permanente de la OEA: 22 votos a favor, 11 en contra.

Más tarde, suprimió de la agenda del día el punto dedicado a la «situación de Venezuela». ¿Objetivo? Que la voz disidente de la diputada opositora María Corina Machado (invitada por el embajador de Panamá) no fuera escuchada por el mundo y se restringiera a una rueda de prensa, como así fue.

«El brazo largo de la censura que oprime a Venezuela llega hasta la OEA», resumió la parlamentaria, a la que el oficialismo prepara una celda junto a la de Leopoldo López y los dos alcaldes encarcelados el miércoles. «En Venezuela se ha alterado dramáticamente el orden democrático», insistió la diputada, que volvió a pedir la aplicación de la Carta Democrática Interamericana y una resolución de la OEA en condena de la represión contra las protestas y la censura contra la libertad de expresión.

Como tercer punto, Machado reclamó la constitución de una misión de observación, que estaría compuesta por «demócratas intachables» como Óscar Arias, ex presidente costarricense y Premio Nobel de la Paz. «Le arrebatamos la careta a Maduro, el mundo le reconoce como un dictador», sentenció.

La maniobra bolivariana contó con el aval de los países del PetroCaribe (que reciben el 43% de su petróleo en condiciones muy ventajosas y que sólo en 2011 fueron beneficiados con 1.200 millones en ayudas) y con el aplauso de sus amigos del Alba, más Argentina. Sorprendió el apoyo de Brasil y Uruguay, pese a la patada contra la transparencia democrática que supone convertir en privada y cerrada una sesión habitualmente abierta para todos.

«Con transparencia total, privada», resumió la delegada chavista, en un nuevo ejercicio de la retórica revolucionaria. Una cortina de humo tan espesa como los gases lacrimógenos que el gobierno lanza todos los días contra los estudiantes, que desde hace 44 días protestan en distintas calles del país. La carcajada de los presentes, tras las cuatro palabras de la venezolana, no cambió el bloqueo informativo.

«La OEA hace rato se convirtió en el club de los intereses de los gobierno de turno, no defiende a los pueblos. Hay que reinventarla, no sirve. Insulza es su principal promotor, ¡vergüenza!», protestó Henrique Capriles desde Caracas.

Panamá y Machado no se conformaron con las resoluciones adoptadas gracias al rodillo chavista. Al cierre de esta edición, el país centroamericano acreditó a la diputada de la Mesa de la Unidad Democrática como representante permanente ante la OEA, por lo que podría intervenir en cualquier momento.

El empeño de Panamá provocó que Maduro rompiera hace semanas las relaciones diplomáticas y comerciales entre los dos países. Pero el gobierno de Martinelli se ampara en un antecedente histórico para porfiar en su empeño: en 1989, Venezuela le cedió su puesto a Panamá, a la inversa que ahora, para que denunciara al dictador Noriega. Una maniobra que sí tuvo efecto entonces.

Hoy no corren los mismos tiempos. Incluso, los otros dos delegados venezolanos fueron expulsados con malas formas de la sala de prensa cuando en el salón de consejos se avivaba el debate. El representante estudiantil Carlos Vargas y Rosa Orozco, madre de Geraldine Moreno (asesinada por un guardia nacional, quien le disparó a quemarropa en la cara con su escopeta de perdigones, cuando la joven yacía en el suelo producto de otro disparo), hablaron después.

Y la madre lo hizo con el temple que otorga el dolor a los rebeldes: «Para poner presos a diputados y alcaldes, sí hay Fiscalía rapidito; pero para nuestros hijos muertos, no». Desde que hace un mes asesinaran a Geraldine, su padre, simpatizante oficialista, acude todos los días a comisaría. Busca información, quiere el nombre del asesino de su hija universitaria, que con tanto talento jugaba al fútbol. Hasta el momento no obtiene ninguna respuesta, lo mismo que sucede con todos los jóvenes muertos durante las protestas.

Desde el inicio de esta rebelión civil, el chavismo intensificó la asfixia contra los medios independientes. Ninguna televisión emite en directo las protestas o sus consecuencias y el único canal que las daba, la colombiana NTN24, fue sacada del aire. CNN también ha sido amenazada en diversas ocasiones. Los periódicos no gubernamentales agotan sus reservas de papel y parecen versiones anoréxicas de lo que fueron, bloqueado su acceso a las divisas para importarlo. Además, un centenar de periodistas ha sido agredido, robado o detenido por las fuerzas policiales o los paramilitares oficialistas.

En el otro lado, Nicolás Maduro aparece varias horas en televisión todos los días, muchas veces de forma obligatoria para todos los canales con sus famosas cadenas. En los últimos meses, empresarios amigos han comprado el canal de noticias Globovisión, la principal cadena de periódicos y la página web más visitada en el país.

Escrito por Daniel Lozano – El Mundo –