Arabia Saudita recibe este viernes al presidente estadounidense Barack Obama con serias diferencias en cuanto a sus posiciones respecto a Siria e Irán como telón de fondo, temas que provocan tensión en la alianza histórica entre ambos países.

Obama finaliza en Riad una gira que lo llevó primero a Holanda, Bélgica e Italia, y en una estadía de menos de 24 horas destaca en particular su encuentro previsto con el rey Abdalá.

Desde su primera visita en 2009 a Riad, uno de los principales aliados de Washington en Oriente Medio, la relación entre estas naciones se ha degradado. Arabia Saudita critica, en especial, la actitud no intervencionista de los Estados Unidos en Siria y su apertura respecto a Irán.

Las relaciones saudo-estadounidenses, que se remontan a ocho décadas, «conocen actualmente tensiones a causa de las posiciones de Washington» en Oriente Medio, declaró a la AFP Abdelaziz al Saqr, director del Gulf Research Centre.

Este analista, cercano a los medios políticos saudíes, advirtió que el reciente acercamiento de Washington con Teherán no debe «realizarse en detrimento de las relaciones con Riad».

Arabia Saudita no ve con buenos ojos el acuerdo de noviembre de 2013, que prevé un congelamiento parcial del programa atómico de la República islámica a cambio de una flexibilización de las sanciones económicas contra Teherán.

En lo que concierne al conflicto en Siria, en el que Riad apoya a la rebelión en guerra contra el régimen de Bashar Al Assad, el soberano saudí defenderá nuevamente «con insistencia la cuestión de armar a la oposición», subrayó Saqr.

Por supuesto, el proceso de paz israelo-palestino y la situación en Egipto no quedarán fuera de la agenda de esta visita, en la que los observadores esperan que «se apacigüen los ánimos y baje la tensión».