En noviembre, el gobierno anunció un cambio en el modelo de seguridad: la Policía recuperaba así la seguridad en las tribunas. Cuatro meses después, el jueves 27, el presidente de la República, José Mujica, echó por tierra el acuerdo y anunció que la Policía no custodiaría las tribunas del Centenario y del Gran Parque Central. Ayer, en una reunión que mantuvo con los presidentes de los clubes de Primera División de la Asociación Uruguaya de Fútbol (AUF), Mujica dio otra vuelta de tuerca al resolver que la Policía regresará a las tribunas de todos los estadios.

«El fútbol precisa un sacudón», había dicho el secretario de Presidencia, Homero Guerrero, el viernes, cuando explicó la decisión de Mujica de retirar a los policías de las tribunas. La decisión de Mujica produjo, sin dudas, un «sacudón» en la AUF. Entre el jueves y ayer, cuando el mandatario dio marcha atrás en su decisión de quitar a los policías de las tribunas, cambiaron cuatro cosas: renunciaron el presidente de la AUF, Sebastián Bauzá, y el Ejecutivo del fútbol uruguayo; la AUF se comprometió a aprobar el código disciplinario de la FIFA, con sanciones económicas y deportivas para los clubes cuyos hinchas participen en episodios violentos dentro de los estadios; no se pedirá cédula de identidad para comprar entradas para los partidos; y los clubes se comprometieron a trabajar con el Ministerio del Interior para comprar cámaras de seguridad de tecnología avanzada para identificar a los hinchas violentos en las tribunas.

De esta manera El Observador relata lo acontecido que desembocó en lo que todos sabemos en las últimas horas.

La incidencia de Mujica
Los subsecretarios de Deporte, Antonio Carámbula, e Interior, Jorge Vázquez, aclararon que la medida de Mujica no incidió en la renuncia de Bauzá. Sin embargo, entre la medida del mandatario y la renuncia pasaron apenas cuatro días.

«El fútbol nunca se detuvo ni se detiene, ni el presidente tiene potestades para detenerlo», agregó Guerrero el viernes. Pero el fútbol se detuvo y la AUF quedó acéfala. No lo detuvo Mujica, sino la Mutual Uruguaya de Futbolistas Profesionales que decidió que los jugadores no se presentaran a jugar el domingo, el partido entre Peñarol y Miramar Misiones, por falta de policías y seguridad. El presidente de la Mutual, Enrique Saravia, lo resolvió después de reunirse con Mujica, el viernes en Torre Ejecutiva.

El lunes, Saravia lanzó su diputación por un nuevo sector, el Espacio Celeste, dentro del Espacio 609, sector que lidera Mujica.

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