La noche fue una tortura para los habitantes del norte de Chile. Casi nadie pudo dormir, y los que lo hicieron estaban a la intemperie y fueron despertados constantemente por las vibraciones de la tierra, que se producen casi sin cesar.

«Aún hay bastantes zonas donde hay energía acumulada que podría ser liberada en el futuro», dijo el funcionario en alusión a la famosa «laguna sísmica» de 137 años en la región, que hace prever un terremoto devastador en el futuro, dijo el director del Servicio Sismológico Nacional, Sergio Barrientos.

El panorama es tan inestable que las regiones de Arica y Parinacota, Tarapacá y Antofagasta han determinado mantener la suspensión de clases para el día jueves. Infobae América