Banderas, pancartas y hasta carteles hechos a mano cubrieron de color la explanada del Palacio Legislativo durante la manifestación convocada por la Asociación Nacional de Afiliados (ANDA) para reclamar cambios al proyecto de ley de Inclusión Financiera.
Mientras el Senado comenzaba a sesionar, más de 5.000 personas se concentraron frente al Palacio de las Leyes, en una manifestación multitudinaria con una consigna común: la defensa de las instituciones solidarias de la economía social.
“La nuestra no es una economía descarnada, que se limita a canjear una tarjeta por dinero. Somos trabajadores de la economía social”, explicó Washington Almada, presidente de ANDA. Al dirigirse a la multitud desde el estrado, el dirigente criticó el proyecto de Inclusión Financiera y aseguró que el gobierno “está tratando de consolidar una política en contra de las instituciones de la economía social y a favor de las que tienen fines de lucro”. “Esto es a favor del capitalismo”, afirmó.
Recordó que en el año 2007 el equipo económico promovió una reforma tributaria que constituyó “la primera demostración de que para ellos ANDA es lo mismo que las instituciones con fines de lucro”. También aludió a la normativa que obligó a los trabajadores de la institución a pasar sus aportes a la Caja Bancaria, pese a que ANDA no funciona como un banco sino como una organización de economía solidaria. “Ahora, este proyecto de ley es la frutilla de la torta”, afirmó. En un discurso que fue varias veces aclamado por los miles de asistentes, Almada enfatizó que “somos muy diferentes a quienes buscan el lucro”.
Aclaró que en la institución no hay empresarios, sino que los dirigentes salen de los cuadros funcionales. “Yo no soy un empresario. Soy un dirigente institucional de la economía social, elegido por casi 40.000 socios en noviembre de 2011”, enfatizó.
Almada también recordó que ANDA tiene 230.000 afiliados, muchos de los cuales “ganan $ 8.000 por mes y eso no les alcanza para llegar a fin de mes”. Apuntó que “las utilidades que tiene la institución han sido producto de una gestión eficiente, pensada en función de beneficiar a todos nuestros socios. Es bueno que los señores legisladores entiendan que esta es una institución que es orgullo de los uruguayos, que ha dado trabajo en los últimos ocho años a casi 800 jóvenes, preocupándose enormemente por ofrecer una atención en salud de primer nivel, con un policlínico médico con 374 trabajadores de la salud que nos enorgullece y una cadena de 39 centros odontológicos”.
El proyecto de ley de Inclusión Financiera determina que el pago de salarios y pasividades se realizará en instituciones bancarias o emisoras de dinero electrónico. Los trabajadores y pasivos contarán con una tarjeta de débito o prepaga para realizar sus compras de bienes y servicios, o retiros de dinero en cajeros automáticos. Almada expresó su preocupación por la ventaja que el proyecto otorga a los bancos “que ya tienen el 50% de los pagos de salarios y que seguramente con esta normativa, llegarán al 90%”.
ANDA objeta que en el momento de establecer las prioridades, la institución queda desplazada en su facultad de retención de haberes por los créditos que concede.
El segundo artículo que cuestiona corresponde al aumento del mínimo intangible, más por su efecto que por su conceptualización y a la interoperabilidad de cajeros automáticos, que a su entender nada regula respecto a la interoperabilidad de las redes de POS, que permitiría el acceso su tarjeta de crédito a los principales comercios del país, circunstancia que hoy le está vedada.
“Si esta ley no tiene modificaciones, muchísimas instituciones de la economía social van a pasar un muy mal momento. Lo que nosotros hacemos es diferente a lo que hacen las instituciones con fines de lucro y eso tiene que entrar en la cabeza de los que legislan. Apelamos a la sensibilidad de los señores legisladores. Les pedimos que modifiquen estos puntos, que no cambiarán en nada el negocio de las instituciones de intermediación financiera del país. La economía social y la solidaridad se practica en instituciones como ANDA”, manifestó Almada.
Más allá del esfuerzo enorme de la institución por lograr un cambio que contemple las necesidades de los sectores de menores recursos, el dirigente dejó claro que ANDA continuará dando “respuesta a las necesidades de los uruguayos. Tenemos el sentimiento de pertenencia, que es lo que hace a las instituciones que hacen bien a la gente y al Estado. Estas son instituciones indisolubles. Son los conceptos, los principios y las acciones las que hacen permanecer en el tiempo a las instituciones de la economía social”.



