El sábado 5 de noviembre, el predio de la Rural del Prado se convirtió en un gran pueblo cervecero para celebrar a lo grande los 150 años de la cervecería en en Uruguay.

 

Con callecitas para recorrer ambientadas para la ocasión y “barrios” que recreaban el espíritu de cada una de las cuatro marcas –Pilsen, Patricia, Zillertal y Norteña- y un quinto espacio en honor a Conrado Niding,  Conrado Bierfest deslumbró a las miles de personas que lo visitaron.

 

Más de 600 artistas en escena, exposiciones, música en vivo, espectáculos callejeros, galería de tatuajes, locales de moda, librerías, gastronomía variada, y espacios temáticos para conocer más sobre la cerveza y los diferentes momentos de su historia, formaron parte de esta inédita celebración.

 

El evento contó, además, con el barrio “Conrado” donde se homenajeó al alemán Conrado Niding, fundador de “La Popular”, la primera cervecería en Uruguay, quien dio nombre a la fiesta. Allí se desplegó el museo de la cerveza de FNC y se instaló un escenario donde hubo charlas de maridaje y también sobre la historia de la tradicional bebida, eventos musicales y agrupaciones que realizaron danzas típicas de colectividades europeas.

 

Iluminados con 80 arañas realizadas con 3.000 botellitas y 800 lámparas confeccionadas con botellas de litro de las distintas marcas, los visitantes pudieron recorrer todo el predio hasta la madrugada, alcanzando los cinco escenarios y sus diversas propuestas.

 

Con un perfil indie, la zona Patricia ofreció la música de artistas como Dinamita & La Swing Factory, Ete & Los Problems, Boomerang, AFC & Los Warriors, Croupier Funk, Borsa Tosca, Algodón, Alfosina y Slow Burnin. La gastronomía estuvo a cargo de reconocidos chefs como Martín Schwedt, Lucía Soria y Ximena Torres y propuestas como Futuro o el foodtruck “The Rolling Beat”, de Santiago Garat. El espacio ofreció también la exposición “Drap Art”, que mostró la obra de 40 artistas que se inspiraron en materiales reciclados, así como locales de moda, librerías, galería de tatuajes y artistas pintando en vivo.

 

Zillertal, asociada a una imagen más moderna, presentó un barrio con un perfil más electrónico, con grandes DJs y una gastronomía de estilo oriental, entre otras propuestas como las de Jorge Oyenard, Mario Padrón y Crepas. Contó con intervenciones artísticas en las paredes, un callejón con grafiteros, exposiciones de nuevos diseñadores, la presencia del estilista Alejandro Santullo con una muestra de peinados hacia la calle y la participación de marcas como Crina, la escuela de diseño de Peter Hamers y otras tiendas de moda.

 

Norteña, en tanto, se volcó al folclore y al espíritu gauchesco, con grandes parrilladas. En este espacio tocaron bandas como Copla Alta, Los bordillos, la Percutería, Sin tropiezo y Cumbia Club.

 

El espacio de Pilsen, fiel a su espíritu festivo y del encuentro entre amigos, ofreció un espacio de juegos con mesas de pool, ping-pong, tejo y futbolito. Contó, además, con un museo del fútbol, proyecciones de historia de la música, exposiciones de fotografía y body painting. La gastronomía tuvo allí un perfil más cervecero, con pizzas, hamburguesas y panchos. En este espacio, los visitantes pudieron bailar en dos pistas y el escenario ofreció rock de la mano de bandas como La Tabaré, Buenos Muchachos, La Triple Nelson, La Marmita y el Colectivo Nosotros Estamos, a lo que se sumaron presentaciones de cumbia pop con VAS, Los Golden Rocket, Mala Tuya y Vi-em. El final estuvo en manos del DJ Meme Bouquet en conjunto con una fiesta de espuma y fuegos artificiales que anunciaron el cierre de la gran fiesta.