La deportista, que pertenece a la categoría Máster hasta 84 años, se prepara para el Mundial de Natación en Corea del Sur con el apoyo de Seguros SURA.

Margarita Kemayd piensa que la edad es solo un número. Tiene 80 años, y además de Corredora de seguros, es nadadora profesional, disciplina con la que recorre el mundo.

Margarita es de Salto, tiene cinco hijos y 15 nietos. Reparte su vida entre el interior y la capital, donde también tiene parte de la familia y donde aprovecha para entrenar, cada vez que puede. “Ahora me estoy preparando para el Mundial Máster de Natación, que será en agosto en Corea del Sur. Entreno dos veces al día, al mediodía y de noche”, cuenta orgullosa.

Kemayd estuvo en el Mundial de Máster de Budapest, en los Juegos Máster de Auckland y, en la última competencia internacional, desarrollada en Cuba, obtuvo medalla de oro.

 “Estoy entrenando a full. A las 23:00 horas cierra el Club Remeros de Salto y yo entreno hasta menos cinco. En verano lo hago en las aguas abiertas del río Uruguay. En Cuba me llevó una hora 50 minutos recorrer los 3.000 metros, pero ahora el tiempo máximo que te permiten poner es 90 minutos. Tengo que lograr hacer 1000 metros sin parar en media hora y bajar mi marca”, explica y añade que es estilo libre, pero espalda es su fuerte.

Kemayd nada desde niña pero fue en su juventud cuando comenzó a disfrutar del agua. “Nadaba en el rio. Hacíamos una piscina de 25 metros, la marcábamos con cuerdas, pero no había una posibilidad para el invierno, con agua climatizada. Cuando me fui a estudiar a Montevideo, que hice Escribanía, empecé a nadar en el Club Neptuno”.

“Pongo las manos detrás de la nuca y me puedo mantener perfectamente flotando sin mover ni un músculo. Eso te da una ventaja excepcional en competencias en aguas abiertas. Hay personas que tienen que estar en movimiento continuo para mantenerse a flote y yo no”.  

Para Kemayd, nadar es como una terapia que ayuda a curar heridas y a olvidar los problemas, aunque sea mientras está en el agua. Perdió a una hija en un accidente de tránsito y también a un nieto y gracias a la natación pudo salir adelante.

“Nadar es mi vida. Porque yo mientras nado no pienso en las dificultades. No las olvido pero puedo seguir adelante. A mí me gusta ser ejemplo para que otros hagan lo que a mí me hace bien. Es una meditación en el agua que me tiene espléndida físicamente, tengo los pulmones barbaros, llevo una alimentación sana, hago musculación en piernas, brazos y abdominales. La natación te mantiene flexible desde el pelo hasta la punta del pie, y es constancia y ganas, te tiene que gustar lo que haces. Mientras viva y mi cuerpo funcione nadaré, no le pongo fin”, concluyó.

Seguros SURA, en sintonía con su misión de promover el deporte, el bienestar y la vida saludable, es el único sponsor que tiene hasta el momento.