¿Por qué nutriendo mentes?
Nutriendo Mentes quiere aportar información de valor, derribar mitos y promover una alimentación consciente y emocional; cuando se piensa bajar de peso generalmente nos enfocamos en la comida como si fuera el único factor que determina el peso, no obstante, hay otros factores que lo condicionan, desde lo que piensa, sus creencias, hábitos y emociones, al no tener en cuenta estos factores al momento de la consulta, podrían llegar a boicotear el proceso terapéutico.
¿Cuáles son las dietas más recomendadas para soportar la cuarentena en casa?
“Dieta”… me parece relevante definir este término, ya que considero que la dieta está ligada a un principio y a un final, y lo que buscamos los profesionales en nutrición es generar buenos hábitos alimentarios que duren en el tiempo.
Mi recomendación está dirigida para la población en general, y además, no solamente para esta situación puntual que estamos atravesando, deberíamos ser, todos los días, más conscientes de nuestra conducta alimentaria.
Hoy en día se está hablando mucho del sistema inmunológico: éste son las defensas que tiene nuestro organismo para protegerse contra las infecciones como las bacterias o virus. Una alimentación variada y equilibrada, contribuyen a un buen funcionamiento de las defensas.
Incluir frutas y verduras en todas sus variantes, cuantos más colores de frutas y verduras incorporamos en nuestros menú, menores serán las chances de presentar alguna deficiencia nutricional de micronutrientes, ya que no todos los vegetales ni frutas aportan las mismas cantidades de nutrientes, además de los micronutrientes es necesario incluir en nuestra alimentación alimentos que contengan omega-3, es un ácido graso poliinsaturado esencial que nuestro propio cuerpo no lo puede sintetizar. El omega-3 tiene un efecto antiinflamatorio, ayuda a prevenir o a mejorar algunas enfermedades. Este ácido graso se puede obtener a partir de los pescados grasos como la sardina, salmón, aceite de soja y aceite de canola.
Por otro lado, tenemos los antioxidantes: compuestos naturales que protegen a las células y a los tejidos. Tienen actividad antiinflamatoria, antimicrobiana y potencian la acción del sistema inmunitario, entre los antioxidantes se encuentran:
Polifenoles: Se encuentran en las frutas, verduras, cereales, legumbres y también en ciertas infusiones, como el té, café.
Carotenoides, son precursores de vitamina A y los encontramos en todas las frutas y verduras de color rojo , amarillo y naranja ; cabe destacar que las espinacas y brócoli son ricas en carotenoides, sólo que el pigmento queda enmascarado por la clorofila.
Vitamina C: Conocida también como ácido ascórbico, es muy importante, ya que es la único que tiene cierta evidencia de mejorar el desarrollo de las células de defensas, como los linfocitos T. Entre los alimentos más ricos con vitamina C se encuentran los cítricos, frutillas, kiwi, , kale, brócoli y coliflor.
Vitamina E: Se consigue con un consumo frecuente de aceites como maíz, soja, oliva, canola, semillas como girasol, y frutos secos como almendras avellanas o nueces.
De igual forma, debemos incorporar a nuestra alimentación productos fermentadas como el yogurt, kéfir, kombucha, chucrut o miso, estos alimentos contienen probióticos: microorganismos vivos que fortalecen y refuerzan nuestra flora intestinal.
A modo de resumen, la mitad de nuestras comidas deben ser frutas y verduras sin olvidar las proteínas. Aquellos que consumen carnes deben continuar haciéndolo, preferentemente pescados grasos. El vegetariano puede ingerir clara de huevos, quesos y lácteos. Los veganos deben considerar un buen aporte de semillas, nueces y cereales con legumbres.
El cuerpo es nuestro vehículo para toda la vida, hoy más que nunca debemos mejorar nuestros hábitos alimentarios para estar saludables. La nutrición es un pilar fundamental para mantenernos con salud óptima. Debemos ocuparnos tanto por la cantidad como de la calidad, hacer ejercicios, tener buen descanso y poder controlar las emociones.
NOTA IMPORTANTE
Recomendaciones de alimentación y nutrición según según la academia española de nutrición y dietética ante la crisis sanitaria por COVID-19.
El consumo de determinados alimentos o seguir algún tipo de “dieta” no puede prevenir ni disminuir el riesgo de contagio en personas sanas.
En personas enfermas la alimentación podría ayudar en el manejo de los síntomas de la propia enfermedad, pero en ningún caso tratarla.
¿Qué es mejor: cocinar en casa o pedir delivery?
Mi recomendación siempre estará enfocada a lo casero y producido en nuestras casas, siempre será más saludable y económico. Además, dadas las circunstancias que estamos atravesando, podemos emplear nuestro tiempo libre en cocinar y hacer esa receta que siempre venimos postergando y poder compartir en familia.
Me gustaría recordarles que no utilicen la comida como sustituto del aburrimiento, que no sea un elemento para distraer, premiarse o castigarse, procurar cocinar lo justo y necesario para el día y no llevar a la mesa la bandeja con los alimentos, lo cual evita tentarnos a repetir.
Se Dice que la obesidad también mata, ¿por qué a la gente parece no importarle? ¿Cómo se puede atacar el problema?
La obesidad es una enfermedad crónica y es uno de los factores de riesgo de las Enfermedades no Transmisibles (ENT), como las enfermedades cardiovasculares, diabetes, las enfermedades pulmonares crónicas, cáncer y la enfermedad renal crónica.
En la obesidad se produce una disminución en la circulación sanguínea y en la oxigenación intercelular. Se genera un aumento del estrés oxidativo dentro de las células, y como consecuencia, provoca un aumento de sustancias inflamatorias, tales como las citoquinas y los macrófagos. Como verán, los que padecen de esta enfermedad tienen altos riesgos para la salud.
¿Les importa? Sí. La mayoría son conscientes de sus hábitos alimentarios, las dietas clásicas ordenan y dirigen qué comer, pero las personas no las pueden seguir. Un factor determinante es que el ser humano frecuentemente desea comer más aquello que le genera placer; en parte esto se produce por un conflicto interno del propio individuo entre la razón y la emoción. Por este motivo, no sirve asignar un menú para cada día, puesto que el estrés o una emoción puede ocasionar un pasaje de estado reflexivo a un automático y generar descontrol; lo ideal es buscar un equilibrio entre ambas zonas de nuestro cerebro
Las dietas clásicas, ortodoxas o de modas, proponen patrones alimentarios insostenibles, hoy en día aún existen “dietas” estrictas, donde al paciente se le hace muy difícil cumplir rigurosamente lo prescripto por el nutricionista y termina por completo abandonando, es insostenible llevar a cabo una alimentación con muchos no y pocos sí.
Debemos legalizar lo prohibido. La certeza disminuye el deseo, requiere mucha educación y acompañamiento al paciente. Podemos comer todos los días lo que preferimos siempre y cuando sea en la porción justa. Es hora de dar un giro a los tratamiento nutricionales que son convencionales para evitar que siga en ascenso la obesidad.
¿Existe alguna forma saludable para sustituir el azúcar?
La forma más saludable es consumir los alimentos tal cual como se presentan, en su estado natural. Si sos de las personas que son adictas a lo dulce y consumís el café con leche con mucha azúcar, te propongo a que comiences de a poco a disminuir la cantidad; si agregás dos cucharadas, ahora intentá agregar una sola.
Hay evidencia científica que demuestran que desde el nacimiento existe una preferencia natural por el sabor dulce. La introducción temprana de azúcares añadidos a los alimentos de los lactantes y niños pequeños, promoverá esa preferencia por el sabor dulce. El azúcar y los productos y/o bebidas azucaradas, son una fuente concentrada de energía y pobres en micronutrientes, favorecen el desarrollo del sobrepeso y la obesidad, afectando de esta manera la salud bucal y desplazando alimentos nutritivos como frutas, verduras, cereales, legumbres, entre otros.
Evitemos darles a nuestros niños azúcar y productos o bebidas azucaradas. Incentivarlos desde pequeños a apreciar el sabor natural de los alimentos promueve hábitos arraigados que lo podrán sostener hasta la edad adulta. Ellos son nuestro futuro, cuidémoslos.