Es importante resaltar que toda persona experimenta ansiedad de forma “normal” en algún momento de su vida cotidiana ante situaciones de incertidumbre. El problema surge cuando esa ansiedad normal y adaptativa aparece ante un peligro que no es real, o cuando su intensidad y duración son muy superiores con relación a la causa que la originó.
En los ataques de pánico hay presencia de síntomas corporales, que generan dificultades en los vínculos y en lo emocional. En lo que respecta a la clasificación, los trastornos de ansiedad se estructuran en función de la sintomatología predominante: trastorno de pánico, agorafobia, fobia social y fobias simples, trastorno de ansiedad generalizada, obsesiones y compulsiones, y finalmente, trastorno por estrés postraumático. La agorafobia suele ir asociada al trastorno de pánico, aunque no siempre.
El ritmo acelerado de vida que llevamos puede hacer que la ansiedad, el estrés hace que crezca sentir dentro de nosotros emociones que muchas veces racionalizamos y no somos conscientes. Por esto, es cada vez es más frecuente encontrar en las consultas a personas que han sufrido un ataque de pánico o ataque de ansiedad sin ningún motivo aparente.
Los ataques de pánico conllevan síntomas físicos que pueden hacernos pensar que estamos sufriendo un ataque cardíaco dado que entre ellos están las palpitaciones, sacudidas cardiacas o la elevación de la frecuencia cardíaca. Suelen comenzar de forma súbita, sin advertencia. Pueden aparecer en cualquier momento: cuando estás conduciendo, en un centro comercial, cuando estás profundamente dormido o en cualquier otro lugar . Puedes tener ataques de pánico ocasionales o con frecuencia.
Los ataques de pánico tienen muchas variantes, pero los síntomas suelen alcanzar su punto máximo en cuestión de minutos. Después de que el ataque de pánico desaparece, puedes sentirte fatigado y exhausto. Los ataques de pánico suelen comprender alguno de estos signos o síntomas:
- Sensación de peligro o fatalidad inminente
- Miedo a perder el control o a la muerte
- Taquicardia y palpitaciones
- Sudor
- Temblores o sacudidas
- Falta de aliento u opresión en la garganta
- Escalofríos
- Sofocos
- Náuseas
- Calambres abdominales
- Dolor en el pecho
- Dolor de cabeza
- Mareos, sensación de desvanecimiento o desmayos
- Sensación de entumecimiento u hormigueo
- Sentimientos de irrealidad o desconexión
Uno de los peores aspectos de los ataques de pánico es el miedo intenso a que se repitan. Ese miedo puede ser tan fuerte que puede hacerte evitar determinadas situaciones en las que podrían ocurrir.
Causas
Se desconoce la causa de los ataques de pánico o del trastorno de pánico pero estos factores pueden influir:
- La genética
- Un alto nivel de estrés
- Un carácter que es más sensible al estrés y proclive a las emociones negativas
- Ciertos cambios en la manera en que funcionan las partes del cerebro
Es sumamente relevante aprender a controlar los pensamientos negativos nos irrumpen. Generando herramientas, acciones o pensamientos que hagan desenfocarse de esas ideas negativas y provoquen tranquilidad.