El 28 de junio de 1969 todavía existían bares en los que una persona podía arruinar su vida sólo por atravesar sus puertas. Ser cliente del pub ‘Stonewall Inn’ de Nueva York podía suponer quedar señalado por la sociedad. La persecución contra personas homosexuales en EE. UU. era una realidad.

Fue una madrugada de hace 50 años cuando una redada policial contra aquel pub propició por primera vez en la historia de Estados Unidos una revuelta en defensa de los derechos LGTBI (Lesbianas, Gays, Transexuales, Bisexuales e Intersexuales). En las décadas centrales del siglo XX pocos bares admitían a personas abiertamente homosexuales, y eran frecuentes los registros y redadas por parte de la policía.

El procedimiento era separar a hombres y mujeres para comprobar su sexo. El protocolo establecía que las personas vestidas de mujer tenían que acompañar a las policías a los servicios; si finalmente algún hombre era descubierto con ropa de mujer era inmediatamente detenido. La redada del ‘Stonewall’ terminó en disturbios, el colectivo se unió en masa contra los agentes de policía. Aquellos hechos supusieron un punto de inflexión: al año siguiente tuvieron lugar las primeras marchas del orgullo en Nueva York y Los Ángeles. Había comenzado una revolución por los derechos.

La figura de Harvey Milk

“Si una bala atraviesa mi cerebro, dejad que esa bala destruya las puertas de todos los armarios”, como si de una maldición se tratase la frase de Harvey Milk recayó sobre él el 27 de noviembre de 1978. Cinco disparos acabaron con la vida del concejal de San Francisco. Milk tuvo muchas vidas antes de morir a manos de un rival político: Dan White.

Militar y político… fue su etapa como concejal de San Francisco la que hizo que se ganase el respeto de sus conciudadanos. Milk logró movilizar por primera vez a una gran multitud LGTBI en las calles de San Francisco para derrocar la iniciativa ‘Briggs’, un proyecto de ley que obligaba a despedir a los maestros homosexuales y a todo empleado público que defendiera sus derechos.

San Francisco, 28 de junio de 1978

Harvey Milk se diferenció por su activismo. A la marcha del orgullo LGTBI de aquel verano del 78 se estima que asistieron en San Francisco hasta 375.000 personas. La figura del político comenzó a convertirse en un icono durante su discurso en esa gran manifestación, encendida por una ley que recortaba los derechos de una parte de la sociedad. Durante su intervención las referencias al aniversario de ‘Stonewall’ fueron constantes y su mensaje caló entre los participantes.

No había comenzado el invierno cuando Milk encontró la muerte junto al alcalde de su ciudad: George Moscone. La historia del asesinato comenzó un 10 de noviembre con la renuncia de un concejal: Dan White, político de marcado perfil conservador y beligerante ante la incorporación de los derechos a homosexuales. El propio New York Times definía así al asesino de Milk: “candidato blanco, de clase media y contrario a la creciente comunidad homosexual de San Francisco”.

La incompatibilidad del cargo con un trabajo fuera del ayuntamiento le hizo dimitir. Sin embargo, White quiso volver a ocupar su puesto, ya que alegaba que no contaba con los suficientes ingresos para mantener a su familia, fue el 14 de noviembre cuando pidió la vuelta a su anterior puesto en el ayuntamiento. Varios concejales con Milk a la cabeza consideraban que no era oportuna aquella readmisión. El 27 de noviembre White entró al consistorio y asesinó con arma de fuego al alcalde Moscone y al concejal Milk. Un lunes negro que supuso la desaparición de un icono en la lucha de los derechos LGTBI.

Empresas y diversidad

En el mundo somos siete mil millones de personas. El 50 % son mujeres, el 42% tienen entre 25 y 50 años. Más de mil millones viven con algún tipo de discapacidad. Y un 10% son zurdos. Existen más de 200 nacionalidades y un número incalculable de profesiones y formas de vida.

Alberto Parra, Head de Talento & Cultura de BBVA en Uruguay indicó que “en BBVA creemos que contar con un equipo formado por personas con diferentes maneras de contemplar el mundo y de enfrentarse a cada reto nos hace obtener mejores resultados. Queremos fomentar la diversidad de género, de edad, cultural y de capacidades. Queremos atraer el talento. Esta es nuestra apuesta para ofrecer un mejor servicio a nuestros clientes. Si el mundo es diverso, ¿cómo no vamos a ser así en BBVA?”.

En 2019, BBVA iluminó por primera vez el emblemático edificio de La Vela en su sede corporativa de Madrid con los colores de la bandera del Orgullo. El primer paso para visibilizar su apoyo a la comunidad LGTBIQ+ que ha continuado con iniciativas de impacto en la plantilla, como la formación a directivos esta materia, la incorporación de la diversidad como objetivo de negocio, la creación de una guía para sensibilizar y acompañar a empleados trans o la presidencia de REDI, la red de empresas y profesionales más importante en materia LGTBIQ+.

El compromiso de BBVA con la diversidad y la inclusión han situado a la entidad como una compañía referente en este asunto. Así lo ha reconocido Bloomberg GEI al incluir al banco por cuarto año consecutivo en su prestigioso Índice de Igualdad de Género.