Investigaciones indican que puede existir una propensión genética en algunos individuos que deriva en un consumo excesivo de alcohol.
Uruguay, 14 noviembre de 2022 – Cada 15 de noviembre se celebra el Día Mundial sin Alcohol, una fecha establecida por la Organización Mundial de la Salud (OMS) con el objetivo de concientizar a la población sobre los daños físicos y psicológicos que ocasiona el consumo en exceso del alcohol en el organismo.
Antes de explicar sobre la influencia de la genética en el consumo de las bebidas alcohólicas, es importante señalar los efectos que tiene el alcohol en el cuerpo.
La sustancia presente en las bebidas alcohólicas es el etanol, un compuesto químico que interfiere en la acción de las neuronas, nuestras células cerebrales, que inhiben o estimulan la actividad del cerebro.
Cada individuo experimenta un comportamiento diferente después de ingerir bebidas alcohólicas. Entre las reacciones más comunes se encuentran los cambios en el estado de ánimo, la capacidad de atención, sueño, dolor de cabeza, náuseas y daños en las habilidades motoras. Estos efectos pueden depender de varios factores, como el tipo de bebida, la cantidad ingerida, la dieta, el uso de medicamentos e incluso la genética.
Componente genético determina el consumo de alcohol
Existen investigaciones que indican que el gen FAAH, presente en el cromosoma 1, es responsable de una proteína que regula las funciones de un importante neurotransmisor implicado en la sensación de recompensa y en la adicción. El marcador rs324420 disminuye la actividad del gen, lo que hace que las personas que tienen el alelo A en este marcador estén predispuestas al alcoholismo.
Por el contrario, la ausencia del alelo rs324420-A indica que no está predispuesto al alcoholismo. Sin embargo, existen otros factores de riesgo genéticos y ambientales que pueden contribuir al desarrollo de esta condición. Aun así, se recomienda evitar el consumo excesivo de bebidas alcohólicas.
Entender mejor el cuerpo a partir de los genes
Muchas características del cuerpo y la mente tienen que ver con el ADN de cada persona. Entender cómo la genética puede influir en el cuidado ayuda a saber cuáles son las principales necesidades del organismo para poder elaborar planes eficientes y a medida.