En el dinámico y a menudo implacable mundo del derecho, destacar no es tarea sencilla. Sin embargo, Joaquín un joven abogado, no tan joven según nos dice mientras se ríe, ya que se encuentra por cumplir treinta años, ha logrado hacerse su espacio, lo que no parece tarea fácil en una profesión en la que peinar canas se percibe como virtuosa condición.

Desde su infancia, Joaquín tenía claro que quería ser abogado. Entiende que los valores inculcados por sus padres tuvieron mucho que ver para facilitarle la decisión. A sus cuatro años Joaquín conoció a su persona favorita, su hermana menor. Mantiene su grupo de amigos desde los seis años, los conoció en el Colegio Varela y los recuerda con mucho cariño, “somos catorce que desde muy chicos nos movemos siempre en bloque, estamos por cumplir dos décadas y medias de amistad, parece increíble” nos dice.

Previo a ingresar a la Facultad ya daba sus primeros pasos laborales con su tío, “Me caminaba todo el centro cobrando la mensualidad a la Asociación de Ferreteros,” dice con cara de buen recuerdo. Sus años universitarios estuvieron llenos de actividades donde destaca haberse acercado al Gremio Universitario “Brum Derecho” donde conoció a Diego Riveiro, Emiliano Chimuris y Luciano Britos, además de comenzar a vivir la experiencia de brindar clases y cursos de apoyo a los estudiantes.

Los primeros pasos de Joaquín en el ámbito profesional no estuvieron exentos de desafíos. Como muchos recién graduados, enfrentó la incertidumbre de encontrar su lugar en un mundo altamente competitivo. Sus primeras experiencias laborales en el ámbito jurídico fueron con sus amigos Santiago Noguera y Gastón Costas, “Con Santiago atendíamos consultas en una cafetería del centro, la mayoría de las veces salíamos perdiendo porque no agarrábamos el cliente, pero le invitábamos el café y algo para comer,” recuerda sonriendo. “Con Gastón ya dimos un salto de calidad, él trabajaba en un estudio y tenía una sala que usábamos para atender clientes,”.

Su incorporación al estudio Andrés Ojeda Abogados fue crucial para su desarrollo profesional. «¿Cómo fueron esos primeros días trabajando con Andrés Ojeda?», le preguntamos. “Una locura, una real pero hermosa locura, pasé de tener como todo recién recibido algún que otro caso laboral o de familia a meterme por completo en la vertiginosidad del ejercicio del derecho penal. Nada se compara a la adrenalina que viví esos primeros días con Andrés, quien desde el vamos me trato como su par, pese a estar en pañales,”.

Un encuentro que lo cambió todo

Como nos comentaba, uno de los momentos más significativos en lo que va de la carrera de Joaquín fue comenzar a trabajar junto al Dr. Andrés Ojeda. «Conocí al Dr. Ojeda gracias al gremio de la facultad, que me hizo de vínculo para poder concurrir como espectador a alguna que otra audiencia y así empezar a sumar experiencias. Después de un evento Andrés me invitó a cenar, conversamos sobre la posibilidad de darle una mano en el estudio y desde allí ha sido todo aprendizaje y crecimiento”. Sostiene que encuentro marcó un antes y un después en su carrera. «No solo aprendí muchísimo desde el punto de vista jurídico, sino también desde el lado humano,» añade, subrayando la importancia de tener mentores que apoyen y guíen a los jóvenes profesionales.

La importancia de ser buen compañero.

En la facultad, Joaquín comprendió la importancia de ser un buen compañero. «La abogacía es una profesión que resulta muy difícil ejercer de manera autónoma,» nos dice. Este principio de camaradería no solo fue fundamental durante sus años de estudio, sino que también lo viene acompañado en su vida profesional. Ser empático, agradecido con los abogados más experientes que ofrecen su ayuda y estar dispuesto a convertirse en ese abogado “mayor” para las futuras generaciones son valores que Joaquín considera esenciales. «La colaboración y el apoyo mutuo son claves para el ejercicio de esta profesión,» afirma.

Momentos Destacados

Pese a su juventud, Joaquín ha podido participar en algunos casos memorables, como por ejemplo el Caso del Policía de Durazno, acusado por homicidio, absuelto recientemente por la Suprema Corte de Justicia, noticia que ocupó horario central en varios informativos. Para quienes no lo recuerdan, el caso tomó tal estado público que además del apoyo del Sindicato hasta el Ministro del Interior de ese entonces se hizo presente en el Juzgado de Durazno para apoyar a los policías enjuiciados, Andrés y Joaquín eran abogados del Sindicato en ese entonces.

Este caso no solo representó un desafío profesional, sino que también le permitió comprender la complejidad del nuevo sistema acusatorio instaurado con el cambio del Proceso Penal en el año 2017. “Si bien yo soy un nativo del nuevo sistema, este caso me permitió vivenciar todas las etapas procesales juntas, desde el inicio con la denuncia hasta llegar al órgano máximo de la Justicia. Estuvimos durante la investigación de fiscalía, en las declaraciones previas, declaraciones anticipadas, audiencias de medidas cautelares, de formalización, de control de acusación, de juicio oral (en este caso fueron 5 días de audiencias que comenzaban a primera hora de la mañana y terminaban con el atardecer), de lectura de sentencia, tuvimos apelación y casación hasta llegar finalmente a la absolución que recientemente tomó estado público. Todo eso mientras como defensa realizábamos nuestra propia investigación, estuvimos casi un mes viviendo en Durazno, incluso llegamos a meter gimnasio con Andrés. Este caso me permitió también conocer y trabajar con los Doctores Fernando Posada y Federico Ravera, a los cuales respeto mucho, grandes abogados”.

Si bien nos acercamos a Joaquín por este caso, tuvo participación como defensa en otros casos de alto perfil, como el sobreseimiento del único formalizado por el caso González Valencia – Morabito, ha brindado cursos y charlas en la Facultad de Derecho sobre la vida después de la graduación, sirviendo de inspiración para nuevas generaciones de profesionales.

Mirando Hacia el Futuro

Con una visión clara, Joaquín tiene grandes aspiraciones. A corto plazo, busca seguir creciendo en su carrera a través del estudio, si bien tiene un Posgrado en la Universidad de Montevideo sobre Derecho Penal Económico, nos comenta que le gustaría seguir estudiando Derecho Penal y Procesal Penal. A largo plazo, su objetivo es influir positivamente en el sistema a través del ejercicio de la abogacía, pero también dando un salto que aún no se ha animado “me gustaría escribir o participar en algún libro sobre la praxis procesal penal, pero todavía me falta,”.

Preguntado por su tiempo libre, nos recuerda que disfrutar el hoy resulta igual de importante que planificar el mañana. Joaquín disfruta de compartir tiempo con sus amigos y familia, la cual nos cuenta que se ha expandido recientemente, mientras nos muestra fotos y sonríe cariñosamente. Concurre a terapia una vez a la semana, “En esto hay mucha influencia de Andrés, también,” y sostiene que el día de ir al psicólogo es uno de sus días favoritos.

Mensaje final

Para aquellos que están dando sus primeros pasos en la vida profesional, Joaquín tiene un mensaje: «La abogacía y creo que toda profesión o emprendimiento, representan un camino lleno de desafíos y oportunidades, debemos ir sin prisa, pero sin pausa. Ser extrovertido y confiar en uno mismo son características importantes, prepararse, estudiar, animarse, ponerse en contacto con otros colegas y aprender de cada experiencia es clave,”.