Una nueva técnica ha sido puesta en marcha en las oficinas: una especie de juego parecido al de las famosas sillas en círculos. Para aumentar la productividad y la colaboración entre sus empleados, algunas compañías han decidido rotar a los trabajadores de escritorio cada cierto tiempo, dispersando a aquellos que hacen el mismo trabajo y moviendo los departamentos.

Los defensores de este experimento aseguran que es un método económico y efectivo, ya que no genera ningún gasto para la empresa y además puede ayudar a la rotación del personal.

En los últimos años, muchas compañías han mudado sus oficinas a espacios abiertos, sin separación y sin puestos asignados e incluso han colocado a sus empleados en mesas grupales. Otras compañías han ido más allá, decidiendo quién se sienta al lado de quién, en un intento de obtener más productividad de sus empleados.

“Si cambio la organización del organigrama y te quedas en el mismo puesto, no tiene mucho efecto”, asegura Ben Waber, director general de Sociometric Solutions, una compañía de Boston que utiliza sensores para analizar los patrones de comunicación en el lugar de trabajo. “Si mantengo el organigrama pero cambio el lugar donde te sientas, todo va a cambiar completamente”.

Las personas con temperamentos emocionales similares trabajan mejor juntos

De acuerdo a expertos que han estudiado la psicología del diseño de las oficinas y de los puestos de trabajo, los directivos de las compañías deberían pensar muy bien donde sientan a sus empleados. Agrupar a los trabajadores por departamento puede fomentar el enfoque y la eficiencia, pero mezclarlos puede conducir a la innovación, dice Christian Catalini, un auxiliar docente de un instituto tecnológico de Massachusetts.

Asimismo, la disposición que tenga un empleado puede ser contagiosa, indica Sigal Barsade, profesora de gestión de la Universidad Wharton School de Pensilvania. “Las personas captan las emociones de los demás como un virus”, dijo. Su investigación encontró que el estado emocional menos contagioso está caracterizado por la baja energía y la lentitud y la más contagiosa es la calma y la relajación.

Las personas con temperamentos emocionales similares trabajan mejor juntos, por lo que si un jefe quiere que uno de sus trabajadores baje el nivel de estrés, debe rodearlo de personas alegres y con energía.

Así que, cambiar constantemente a los empleados de lugar tiene sus consecuencias. Aunque podría incrementar la colaboración entre los trabajadores y por ende la productividad, también podría hacerlos sentir con poco control sobre su entorno laboral. En todo caso, todo dependerá de las necesidades de la empresa y de si estos cambios afectan positivamente al personal.

Con información de online.wsj.com