El grupo de voluntariado corporativo del Aeropuerto de Carrasco y la Terminal de Cargas del Uruguay (TCU) trabajó junto a un grupo de estudiantes que participan del programa “Futuros Egresados” de la Organización No Gubernamental (ONG) Cimientos en la remodelación del predio destinado a actividades deportivas del Liceo N° 52 de Villa García.
A lo largo del año, los estudiantes y sus padrinos elaboraron un proyecto de mejora del centro educativo. Entre varias opciones, los jóvenes optaron por mejorar la cancha de deportes y se dividieron en comisiones de trabajo de acuerdo a sus capacidades, fortalezas y a lo que cada uno podía aportar, armando un plan denominado “La canchita del 52”.
Una comisión se encargó del presupuesto y la administración del proyecto, otra de la recaudación de fondos, otra de la comunicación y una de operaciones, la cual determinó cómo se iba a llevar a cabo el plan. Mediante rifas, alcancías dispuestas en el liceo y la colaboración de las empresas, lograron recaudar los fondos necesarios para hacerlo realidad.
La concreción de la propuesta estuvo basada en gran parte en el énfasis que el Aeropuerto de Carrasco y TCU ponen en sus planes de voluntariado, con un fuerte involucramiento de sus colaboradores, que mantienen un profundo vínculo con Cimientos. El compromiso entre padrinos y ahijados ha permitido concretar obras en beneficio de la comunidad, influyendo a su vez positivamente en el clima laboral y en el desarrollo de un ambiente más integrado.
Según explicó la directora ejecutiva de Cimientos, Valeria Píriz, es la primera vez que en Uruguay la ONG trabaja en torno a un proyecto concreto con impacto en la comunidad, lo que configura una importante metodología de aprendizaje “que permite desarrollar habilidades socioemocionales” en los jóvenes, que es uno de los objetivos de Cimientos, una organización enfocada en el apoyo educativo a jóvenes de contextos socioeconómicos vulnerables.
Durante una jornada de trabajo en conjunto, se reacondicionaron los arcos y aros, se pintaron tableros y líneas de la cancha, entre otras tareas. Por otra parte, se compraron insumos para las clases de educación física, como pelotas, colchonetas, cuerdas y redes.
La actividad concluyó con la plantación un árbol de tilo, símbolo de la siembra hacia el futuro y de la importancia de haber generado algo nuevo para todos, entre todos.
“A veces cuesta el diálogo entre adultos y jóvenes. Con esta actividad se creó un equipo de trabajo en el que cada cual fue poniendo lo mejor de sí, rompiendo barreras generacionales. A su vez, algunos voluntarios fueron con sus hijos, lo que generó camaradería, compañerismo y confianza en la juventud, que es fundamental”, concluyó Píriz.
Cimientos nació en Argentina y está presente en Uruguay desde el año 2012. Junto al Aeropuerto de Carrasco y la Terminal de Cargas del Uruguay lleva adelante un programa de voluntariado corporativo a través del cual colaboradores de las empresas participan activamente junto a los jóvenes en varias actividades.