«No participé en ese asesinato por mi propia voluntad», afirmó ante el tribunal Mary Virginia Jones, una septuagenaria que había sido condenada 32 años atrás por asesinato, secuestro y robo. Por su lado, la oficina del fiscal, que reabrió la investigación, anuló sus condenas y ordenó su liberación, tras comprobarse que su compañero la obligó a ser cómplice en el caso.
Jones, apodada «Madre María» por sus amigos y familiares, fue considerada cómplice del asesinato de un traficante, perpetrado por su compañero de entonces, Mose Willis.
Sin embargo, según estudiantes de derecho de la Universidad de California del Sur (USC), que se ocuparon del particular caso, afirmaron ante el juez William Ryan del Tribunal Superior de Los Ángeles, que Mose Willis le puso a su compañera una pistola en la sien para obligarla a llevar al traficante a un oscuro callejón, donde lo ultimó.
A pesar de que Willis también fue detenido y condenado a muerte, falleció antes de su ejecución, en el corredor de la muerte.