El presidente de EEUU, Barack Obama, confirmó el martes que está examinando hacer una reforma de la recopilación de datos telefónicos, que responderá, según él, a las «principales inquietudes» generadas.
Tras la revelación por parte de The New York Times de aspectos de esta reforma, Obama, interrogado en una rueda de prensa en La Haya, afirmó que la inteligencia le «presentó una opción que, pienso, puede funcionar».
Esta reforma responderá, según él, a las «dos principales inquietudes» del público ante ese controvertido programa de recopilación realizado por la agencia de inteligencia NSA y revelada por el exanalista de inteligencia Edward Snowden en junio de 2013.
«Primero, la idea de ver al Estado conservar los metadatos en general. (Esta reforma) garantizará que el Estado no va a poseer esos metadatos», dijo el presidente. Además, la reforma «garantizará no sólo que un juez supervisará todo el programa, sino que un juez supervisará cada petición individual efectuada en la base de datos», agregó. «Tengo confianza en que (esta reforma) hará posible hacer lo necesario para responder a los peligros de un atentado terrorista, pero que lo hará de una manera que tendrá en cuenta algunas de las inquietudes que se manifestaron», afirmó.
Para el diario New York Times, según este plan, los metadatos telefónicos de las llamadas hechas en EEUU (número llamado, duración y horario de la llamada, pero no las grabaciones de las conversaciones) ya no se entregarían de manera exhaustiva y en tiempo real por los operadores telefónicos a la NSA, como ocurre en la actualidad. En vez de eso, la NSA tendrá que pedir una autorización previa a la justicia para obtener las informaciones telefónicas de un número específico, identificado como sospechoso por la NSA.
Actualmente, la NSA conserva todos los datos telefónicos de todas las llamadas hechas en EEUU durante cinco años. Si la reforma se lleva a cabo, la conservación de los datos ya no corresponderá a la NSA, sino a los operadores, que están obligados a conservarlos durante 18 meses, como ocurre ahora mismo.
El ejecutivo defendió esos métodos, argumentando que son necesarios para luchar contra el terrorismo, pero Obama ya anunció una reforma en un discurso en enero. «Reconozco que a causa de esas revelaciones (…), tenemos que recuperar la confianza no sólo de los gobiernos, sino de las personas. Y eso no ocurrirá de un día para otro», dijo, y prometió que las reformas tenderán a lograr una mayor «transparencia». AFP