Tras cuatro años esperando la llegada de la banda inglesa, las apodadas «directioners» sólo han dejado de emitir estridentes gritos para corear las canciones de sus ídolos, la llave de la felicidad de las adolescentes que han asistido al concierto en el estadio Centenario.
Con «Midnight memories», canción que da nombre a su último álbum, Harry Styles, Zayn Malik, Niall Horan, Liam Payne y Louis Tomlinson han logrado mil te quieros, algunas propuestas de matrimonio e incluso más de una petición indecente.
Las niñas de hoy en día han aprendido inglés memorizando los libretos de sus tres álbumes de estudio, y en el examen de esta noche todas repetían la lección sin el menor error.
Agudas voces y alguna que otra lágrima eclipsaban «Strong», un tema de amor que alienta a las chicas a que sean fuertes.
Hipnotizadas por las melódicas voces de los veinteañeros, estas chicas de cintas en el pelo y cara pintada disfrutaban bailando al son de su primer gran flechazo musical.
Tras tocar temas poperos como «Kiss You», o «Rock me» los cinco chicos del concurso de televisión «X factor» sacaron la guitarra acústica para susurrar a sus enamoradas un sin fin de pequeñas cosas con «Little Things», canción intimista que convertía en amor incondicional ese el flechazo inicial.
Si Back Street Boys, se sentaban para tocas sus canciones más lentas, One Direction, herederos del espíritu de las «Boy band» de los 90 lucían su lado más íntimo acomodados en un escalón.