El régimen sirio celebraba este martes unas elecciones presidenciales ganadas de antemano por Bashar al Assad y denunciadas por sus adversarios como una «farsa», que, según los expertos, prolongará la devastadora guerra que azota el país desde hace tres años.
Los colegios electorales abrieron a las 07:00 locales (04:00 GMT), únicamente en las zonas controladas por el régimen, para estos comicios boicoteados por la oposición.
Los electores hacían cola frente a las oficinas de votación en Damasco, donde las calles estaban empapeladas con la imagen de Al Assad, en el poder desde 2000.
«He votado por el presidente, naturalmente«, afirmó a la agencia AFP Nadia Hazim, de 40 años, en el Instituto Basel al Assad, de la calle Bagdad, en el centro de la capital, de modo que expresa la esperanza de que el dictador «gane» la guerra contra los rebeldes.
En la sala de votación, donde hay una urna transparente y una cabina electoral cerrada por una cortina blanca, también hay fotos de Assad y de los otros dos candidatos, el ex ministro Hasan al Nuri y el diputado Maher al Hajjar. Algunos electores utilizan la cabina, otros meten directamente su papeleta en la urna.