El Sirpa decidió la intervención del Hogar SER, en la Colonia Berro, luego que el director de ese centro, Alejandro Aráujo, fuera denunciado por la familia de uno de los internos, que asegura que su hijo fue «desnudado, golpeado y esposado a la cama» por haber hecho declaraciones a Canal 10 acerca de la situación que se vive en ese hogar.
Araújo y otros nueve funcionarios que se desempeñan en Hogar Ser declararon la semana pasada ante la Justicia en calidad de indagados por varias denuncias sobre violaciones a los derechos humanos.
Si bien las autoridades dispusieron una investigación de urgencia sobre lo que sucede en el SER, el director del SIRPA, Jorge Gago, la definió como un «acompañamiento». Además, dijo no creer que las denuncias tengan sustento real.
En Perspectiva entrevistó este martes a la doctora Sandra Giménez, patrocinante de la familia del interno que este lunes presentó la denuncia. Según la abogada estas prácticas están extendidas y eso preocupa tanto a las familias como a la propia profesional, la cual aclaró que ésta «no es una campaña porque estamos en año electoral» sino que «se viene trabajando con toda seriedad» desde el año pasado.
En el caso del chico que disparó esta denuncia, Giménez dijo que ya había una radicada el 24 de abril de 2014, la cual fue constatada por las lesiones que el médico forense encontró en la revisión del menor.
«Estoy en contacto con varios de los chicos recluidos y siempre nos describen el hacinamiento, las golpizas, los malos tratos, el estado nervioso en el que se encuentran porque saben que les abren las celdas y les patean las camas para que se levanten, en las noches sienten puertas y no se sabe a quien le va a tocar la golpiza, todo está denunciado en jurídica del Sirpa, acá no hay ninguna novedad».
Como abogada «pretendo que las cosas se hagan como se tienen que hacer, no se trata de un centro de torturas sino de un centro de rehabilitación», dijo Giménez la cual puntualizó: «Los chicos que tienen problemas con psicofármacos y que los hace conflictivos no deberían estar internados en el Hogar SER».
Por otro lado, aclaró que «las prácticas que se hacen no son de reducción, hay medios para reducir a un muchacho pero sacarlos esposados y desnudos en pleno julio del año pasado, rosearlos con agua y golpearlos hasta caer y orinarlos a mi me parece que no es reducirlos».
«Si hay chiquilines de 17 años encerrados en una celda que no descargan sus energía es lógico que se pongan molestos. Yo no se si en aras de la seguridad es necesario tenerlos todo el día metidos en una celda, no me parece que fue lo que se pensó cuando se creo el Sirpa» expresó Gimpenez, la cual agregó: «Yo no digo que no tengan que estar ahí pero estos señores que realizan estos actos deben ser llevados ante la Justicia».