La comediante norteamericana Joan Rivers, fallecida la semana pasada, se sometió a una operación de rutina que derivó en un coma, del cual no despertó.

El fallecimiento de la animadora norteamericana sigue dando tela para cortar. A sólo días de su muerte, fuertes versiones circulan en torno a que Rivers habría sido anestesiada con propofol, un potente medicamento utilizado a modo de anestesia para cirugías de poco riesgo.

El Departamento de Salud de Nueva York investiga a la clínica Yorkville Endoscopy paradeterminar si hubo negligencia médica durante la intervención en su garganta. El consultorio en cuestión no tendría el equipamiento adecuado para lidiar con un paciente en shock, según trascendidos.

Tras la autopsia, que dejó a los forenses con dudas, se esperan los resultados de los exámenes toxicológicos mientras se toma declaración a los profesionales médicos involucrados en la fatídica intervención.

Fuentes aseguran que la anestesia fue el detonante de las complicaciones de saludque sufrió la exconductora de Fashion Police.

Algunos pacientes de la misma clínica aseguraron que esa droga es utilizada comúnmente en procedimientos de colonoscopia y endoscopia. Médicos aseguran que el propofol es una medicación segura pero que, de cualquier manera, puede provocar eventos desafortunados como con cualquier anestésico potente.

Melissa Rivers, hija de la conductora, estaría analizando presentar una demanda por mala praxis a la clínica Yorkville, dado que el cardiólogo de su madre había dado la luz verde a la endoscopia, agregando que la actriz se encontraba en perfecto estado de salud.

Hace cinco años, el cantante Michael Jackson falleció debido a una sobredosis de propofol.

Joan Rivers murió a sus 81 años luego de algunos días en coma, por problemas derivados de una operación en sus cuerdas vocales.