Según sus siglas en inglés, significa Desensibilización y Reprocesamiento del Movimiento Ocular. Es un tipo de terapia que utiliza movimientos oculares y a veces tonos de audio, o incluso pequeños timbres de mano para estimular repetidamente los lados derecho e izquierdo (hemisferios) del cerebro.

By Psicóloga Tania Pérez

¿Para qué está recomendado?

Está totalmente recomendado para tratar traumas mayores y menores, nudos vitales de difícil acceso para la persona, ha sido usada con éxito en recuerdos traumáticos, tales como las dolorosas secuelas de violaciones, abuso sexual infantil y experiencias traumáticas, que se conocen como Trastorno de Estrés Postraumático (TEPT) y  que pueden ser totalmente curados con este método.

¿Por qué funciona EMDR?

Cuando sucede algo traumático, se activan respuestas bioquímicas en nuestro cerebro (adrenalina, cortisol, etc), estas bloquean el sistema innato del cerebro de procesamiento de la información, cerrando el recuerdo en una red neuronal, el recuerdo queda atrapado en el sistema nervioso con la imagen, sonidos, los pensamientos y los sentimientos originales. La experiencia queda encerrada allí y se continúa detonando cada vez que sucede algo que la recuerda. Puede ser la base de situaciones incómodas y muchas veces de emociones negativas, como el miedo y la impotencia, que aparentemente no podemos controlar. Estas son las emociones que están conectadas con la experiencia original y que están siendo detonadas y que aún después de haber pasado muchos años del incidente traumático lo seguimos reviviendo continuamente.

Los movimientos oculares que usamos en el método EMDR parecen desobstruir el sistema nervioso y permitir que el cerebro procese la experiencia. A través de la estimulación bilateral las redes neuronales abren nuevas vías de aprendizaje de forma que el recuerdo traumático pasa a recordarse de una forma adaptativa. EMDR permite que la información atrapada emerja a la superficie, se integre, se resuelva y se elimine.

Esto significa que el recuerdo del hecho o de la experiencia traumática queda en la memoria con la emoción adecuada y con las asociaciones y creencias positivas. Después de una sesión de EMDR, los pacientes recuerdan todavía el hecho o la experiencia, pero sienten que pertenece al pasado y el contenido se integra en una perspectiva adulta.

¿Es verdaderamente eficaz?

Sí, decenas de estudios científicos avalan su eficacia. Ha sido reconocido por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como el mejor tratamiento para el Trastorno de Estrés Postraumático (TEPT), tanto por la efectividad como por la velocidad en el tratamiento del trauma.

La neuróloga Francine Shapiro ha desarrollado a finales de los años ochenta la técnica EMDR, en base a la teoría de que hay un componente fisiológico en cada dolencia.

En 1987, Francine Shapiro se percató de que con el movimiento de sus ojos de un lado a otro, el malestar experimentando frente a sentimientos desagradables podía disminuir o desaparecer. Y de ahí nace la terapia EMDR.

Se basa en que el trauma es una información almacenada en el cerebro de forma disfuncional, por lo que no se puede integrar en la experiencia cotidiana y ante un estímulo parecido en cierto modo hay síntomas que pueden ser miedo, ira, rechazo o bloqueo fisiológico o muscular.

El EMDR para el tratamiento de traumas es una terapia que se encuentra avalada por la comunidad científica, por la OMS y determinados organismos. Se pone en marcha en esta terapia el mecanismo que hay en el cerebro para integrar la información.

La información que no fue bien guardada anteriormente, con la estimulación del mecanismo, permite que el hecho se integre en los recuerdos de forma saludable.

Por eso, son cada vez más las personas que van a un terapeuta EMDR para liberar sus traumas, y los terapeutas los que valoran esta terapia como una forma interesante de tratar a los pacientes.

Cómo es una sesión EMDR?

Hay varios pasos por los que se pasan en una sesión de esta terapia que debemos mencionar porque es interesante que la persona sepa a qué se va a exponer en ella.

Una sesión EMDR se desenvolvería así:

  • En primer lugar, se pide a la persona que se concentre en el recuerdo que le está creando mayor malestar.
  • Posteriormente, se provoca el movimiento del paciente de uno al otro lado con la estimulación visual, táctil o auditiva.
  • Posteriormente, se le pide al paciente que indique lo que le viene la mente: sonidos, imágenes, sensaciones y demás.
  • Se repite el proceso hasta que desaparecen las sensaciones, emociones o pensamientos negativos.

El recuerdo traumático del pasado se conecta y procesa con recursos más adaptativos de la actualidad. Así, el paciente puede procesar de nuevo el suceso con una lectura emocional más sana que permite que la conducta complicada se vaya.

Los 8 pasos de la técnica EMDR

La terapia se basa en 8 fases bien estructuradas que debemos saber identificar correctamente, y que son la base principal de una técnica que está teniendo mucho éxito desde sus inicios y se han tratado a muchas personas con ella. Las mencionamos a continuación.

1. Diseño del plan

Es una fase inicial en que se registra el historial clínico de cada paciente, se recogen recuerdos para procesar con la terapia correspondiente y sensaciones físicas. Puede ser una creencia, olor o sensación, el detalle que se considere. También se va a establecer un acuerdo sobre los objetivos terapéuticos que se trabajen en las sesiones.

2. Preparación del paciente

El terapeuta se dedica a explicar al paciente en qué consiste el método indicando la teoría y fundamento en que se basa. También despeja dudas, cuenta las expectativas de éxito y todo cuanto sea necesario para que este se familiarice con el método que se va a utilizar con él. La clave es descubrir que el paciente es el idóneo para esta terapia y tiene confianza con el terapeuta.

Se hace el consentimiento informado que es donde se explica el proceso, además de conocer las condiciones médicas actuales de la persona y si toma algunos medicamentos.

3. La evaluación

Mediante este punto se identifica el recuerdo que se quiere procesar. Una vez que se sabe cuál es, se pedirá al paciente una imagen que represente este recuerdo para empezar a trabajar en él. Se inicia verbalizando emociones y sentimientos negativos y después se hace una declaración positiva que se usará en la fase de instalación.

Para medir el recuerdo se debe acceder con una estructura y hacer una medición de los principales elementos del recuerdo. Se debe medir cada línea base de este recuerdo con las emociones, cogniciones y sensaciones físicas al examinarlo.

En esta fase 3 se van a registrar las puntuaciones iniciales de VoC (validez de la cognición positiva) y SUD (grado de perturbación que está sintiendo cuando piensa en esa imagen).

4. La desensibilización

Es en la que surgen nuevas emociones perturbadoras, síntomas físicos o recuerdos. Hay que centrarse y atender. Se trabaja la estimulación bilateral. Si el proceso se bloquea aquí, se puede recurrir a otras estrategias y procedimientos más avanzados.

En esta fase es cuando se accede al momento del trauma en que está la peor parte del recuerdo y se ha de valorar el nivel de perturbación. El paciente ha de hacer una libre asociación con el set de estimulación bilateral. Tiene que agotar las asociaciones y situaciones que se conectan con el recuerdo. Debe hacerse hasta que no se sienta perturbación al recordar la escena correspondiente.

5. Instalación de la cognición positiva

En esta fase se busca reforzar la declaración positiva, no la negativa. Lo que se pretende es que el paciente asuma y refuerce el hecho de tener control de la situación que lo estaba bloqueando. Se sigue usando la estimulación bilateral hasta que el paciente crea que se puede manejar la situación. La creencia positiva debe verse como verdad absoluta.

Se van a hacer sets cortos de estimulación comprobando por medio de una escala del 1 al 7 cómo se siente. Y debe seguir pensando en la situación y repitiendo la cognición positiva. Se busca llegar a una puntuación mínima de 6.

6. Examen corporal

En esta fase se busca liberar la tensión residual física. Se debe recordar el suceso traumático con la cognición positiva. Hay que buscar en el cuerpo posibles dolores o sensaciones desagradables que se procesan para eliminar la tensión. Suele resolverse fácilmente y con eficacia, pero puede que haya nueva información y otras experiencias complicadas que podrían llevar a nuevos caminos.

Si aparece una sensación de pinchazo, malestar o molestia en el cuerpo en esta fase se debe volver a la fase de desensibilización. Si está bien se hace un set de movimientos oculares para reforzar la buena sensación.

7. Cierre de la sesión

En esta se busca que paciente recupere un estado de equilibrio, incluso si no se ha completado el reprocesamiento. El paciente recogerá en un diario situaciones, recuerdos, pensamientos, y más que puedan darse en un futuro para procesarlos de la misma forma que se hace. El paciente aprenderá a relajarse y contener las emociones.

Se cierra la sesión y se valora hasta la siguiente sesión. Lo que se busca con esta fase es asegurar la estabilidad del paciente y orientarlo al finalizar cada sesión de reprocesamiento.

8. La re-evaluación

Al principio de la siguiente sesión se vuelve a acceder al target de la sesión anterior para valorar si tiene todavía perturbaciones residuales y si se mantienen los resultados. Lo que se valora es la eficacia de la terapia en anteriores sesiones.

En esta fase es importante ver que se abordan todos los aspectos del plan de tratamiento.

La terapia no se sabe nunca cuánto va a durar con precisión, ya que los traumas no son iguales ni lo son los pacientes, lo que hace que dependa de muchas variables. Suele ser más corta que otras terapias que se usan para lo mismo. Los pasos no suelen ser estancos, por lo que algunos efectos de cada uno de ellos pueden aparecer en las diferentes partes de la sesión. Cada persona tiene sus tiempos.

Hay muchos estudios recientes que han sido publicados en revistas científicas especializadas que consideran que EMDR es un tratamiento eficaz para las víctimas de trastorno de estrés postraumático.

El tratamiento EMDR se usa no solo en eventos traumáticos y traumas sino también en ansiedad, pánico, trastornos de estrés post traumáticos, adicciones, problemas psicosomáticos, control de impulsos, duelos patológicos y más. Por eso, hay muchos casos en que se debe considerar como una buena solución.

De cualquier manera, es bueno valorar si es la más indicada esta técnica psicoterapéutica basada en movimientos oculares, estimulación auditiva y táctil para solventar problemas emocionales. Sobre todo los sucedidos por experiencias traumáticas del pasado.

los traumas son heridas psicológicas que vienen de acontecimientos con cierta gravedad o cambios que se perciben como amenazas cuya intensidad y calidad de daño no dependen de la gravedad, sino en sí de la persona que los padece, el apoyo emocional y circunstancias con que cuenta.

Suele ser más corta que otras terapias… El tratamiento EMDR se usa no solo en eventos traumáticos y traumas sino también en ansiedad, pánico, trastornos de estrés post traumáticos, adicciones, problemas psicosomáticos, control de impulsos, duelos patológicos y más