Ismael Cala se puede definir como un “hombre de medios”. Se evidencia en su tono de voz. Al reunirse con pequeños grupos de periodistas se asegura de conocer el nombre de cada uno de ellos y saludarlos personalmente; durante sus charlas, en grandes auditorios, se pasea por el escenario en un esfuerzo, que parece exitoso, de que su mensaje llegue a todos los presentes, y es que ahora el “señor de las preguntas” busca ofrecer algunas respuestas.
Al conocer su historia de vida es obvio que el camino al éxito no le ha sido fácil ni corto. Al colocar Ismael Cala en google.com.ve se obtienen 1.640.000 resultados en 0,29 segundos, más de 1.730.000 usuarios lo siguen en Twitter, es periodista, productor, presentador, escritor y conferencista, convirtió su nombre en una marca y ha logrado entrevistar a los personajes más importantes de la farándula y la política mundial; pero el cubano se sigue presentando como un “desadaptado social”.
El buen recibimiento que ha tenido el público de habla hispana hacia Cala no ha exceptuado a Venezuela, país que el presentador ha visitado en distintas oportunidades, llegando a ser parte de uno de los eventos más importantes para los venezolanos, el Miss Venezuela.
En esta oportunidad, el cubano de 44 años decidió prescindir de sus ya conocidos trajes de Carolina Herrera y mostrar su faceta de autor inspiracional al presentar en Puerto La Cruz la conferencia El Poder de Escuchar, título también de su primer libro.
En su obra anecdótica, Cala asegura que su éxito como entrevistador se debe a su capacidad de escuchar, enseñanza que trata de dejar en sus conferencias que lo llevarán a EE UU, Perú, Guatemala y Colombia.
Para Cala escuchar es un objetivo consciente, lo que lo ha llevado a una evolución profesional, según sus propias palabras. Tampoco teme definirse como “líder motivacional” y asegura sentirse cómodo como entrevistador y como entrevistado: “Es cambiar de paradigmas. Me he acostumbrado”.
Al hablar con el periodista, es un constante que él evoque su pasado, desde su faceta como docente hasta su salida de Cuba, pasando por las enfermedades mentales que se presentan en su familia y su juventud de pobreza y sacrificios, tal vez esa es parte de su esencia o un menester al buscar una conexión casi familiar con su público.
Por esto asegura que el atajo “al éxito es estudiar la vida de mucha gente, para darte cuenta de que el éxito es el resultado de acciones concretas, de una cosmovisión hacia lo positivo y al final te das cuenta que puede ser que haya golpes de suerte pero el meollo de esto es la actitud personal”.
Tal vez por el cariño que el público venezolano le ha demostrado, el orador decidió anunciar aquí el nombre de su nuevo libro, “La vida es una piñata”.
Como buen periodista, recela de la palabra objetividad, y estima que “vivimos en un mundo subjetivo, que depende de nuestra película mental”.
“El escuchar es tomar consciencia de lo que estamos produciendo por dentro”, asegura y continúa aflorando su lado de orador motivacional al afirmar que en algunos momentos la “respuesta más sabia es decir no sé”.